Desde la década de 1990, la creencia y convicción de Bodegas Viñátigo en el trabajo y la recuperación de variedades de viña prefiloxéricas locales ha constituido nuestra principal labor. Ejercer esta tarea durante tantos años sólo pudo ser posible con la idea continua de construir una identidad para nuestros vinos a partir de sus varietales locales únicos en el mundo.
Es por ello que, a partir del año 2017, surge una nueva línea de vinos parcelarios y de paraje que pretende destacar el sentido de lugar y la naturaleza única de cada entorno, respetando así sistemas tradicionales de viñedo y paisajes de interés histórico vitícola en la isla de Tenerife.
La Añada 2022: Un Tributo a la Diversidad del Norte de Tenerife
En esta reciente añada 2022, presentamos tres vinos de vertiente norte, procedentes de lugares diferentes, donde la climatología, la altitud del viñedo y los suelos, volcánicos siempre pero extremadamente distintos entre sí, comprenden un abanico de posibilidades inmenso en la interpretación de los vinos del norte de Tenerife, trabajados a través de la misma variedad, la Listán Blanco de Canarias. Es por tanto que, esta nueva línea de vinos pretende ser un fiel reflejo de los diversos paisajes, climas y geografías del norte de nuestra isla.
Maipé de Taganana: Un homenaje a las viñas viejas que crecen sobre antiguas piedras volcánicas.
Maipé de Taganana es un vino que rinde homenaje a las viñas viejas que crecen sobre antiguas piedras volcánicas provenientes de un desprendimiento en el monte de Las Vueltas. Los suelos volcánicos del Macizo de Anaga, uno de los más antiguos de la isla, aportan estructura y cuerpo a este vino. Situado a unos 350 metros sobre el nivel del mar y protegido del Océano Atlántico, este lugar ofrece un carácter único gracias a su influencia moderada de los vientos alisios.
Lomo de la Era: La tradición vitícola a través del cordón trenzado
Lomo de la Era es una expresión auténtica de la tradición vitícola del norte de Tenerife. Los viñedos situados en el Paraje de la Cruz Santa, cultivados con el sistema tradicional de cordón trenzado, se asientan en suelos volcánicos jóvenes y pedregosos, típicos de esta zona. A una altitud de 500 metros sobre el nivel del mar y con una influencia muy directa de los vientos alisios, este vino captura la esencia de su lugar de origen.
Camino de la Peña: Tensión, Acidez y frescura desde el valle de Icod
Camino de la Peña representa la influencia portuguesa en la viticultura de la zona. Los viñedos tradicionales, cultivados en parral, se ubican en el valle de Icod, un lugar marcado por erupciones volcánicas recientes que han creado suelos pedregosos y arenosos. A unos 450 metros sobre el nivel del mar y con una exposición directa a los vientos alisios, este vino ofrece una sorprendente frescura y acidez.
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